FUENTE: Journal of Pediatrics, online 4 de abril del 2012.
Reuters | Por Amy Norton|
14/05/2012
Los niños que permanecen en el
hogar después de la investigación de un abuso a menudo conservan
los factores de riesgo de maltrato durante varios años, señaló
un nuevo estudio.
En Estados Unidos, los Servicios de Protección Infantil
(SPI) estaduales investigan más de 3 millones de nuevos casos
de posibles abusos infantiles al año. En menos del 10 %
de los casos, los niños se derivan a hogares sustitutos.
"La participación de los SPI en los hogares es muy común en
este país", dijo la doctora Kristine A. Campbell, pediatra de
University of Utah, Salt Lake City, que dirigió el estudio.
Es fácil asumir que esos padres son "malos", opinó Campbell.
"Pero la mayoría de ellos están enfrentando factores de riesgo
como la pobreza y la falta de sostén social, y estarían tratando
de superarlos", agregó.
En el estudio surgió que muchas familias que investigan los
SPI eran pobres o estaban a cargo de una madre con depresión o
que eran víctimas del abuso de sus parejas.
Algunos de esos
factores de riesgo seguían siendo evidentes 3 años después de
que los SPI visitaran el hogar por primera vez.
Los resultados, publicados en Journal of Pediatrics, surgen
de una muestra nacional de 5.500 niños estudiados a partir de una
primera investigación de los SPI.
En la primera visita de los SPI, el 44 % de las
familias estaba por debajo de la línea de pobreza.
Algo más del
36 % de las madres o de otros cuidadores dijeron que
carecían de personas que les brindaran un sostén social y 1/4 de ellos tenía síntomas de depresión.
Además, el 22 % de las mujeres padecían abuso
físico de sus parejas.
Todas esas cuestiones son también factores de riesgo del
abuso infantil.
Y el equipo de Campbell halló que, en la mayoría
de los casos, la prevalencia de esos factores de riesgo no varió
demasiado en 3 años.
Pero hubo algunas excepciones: en 3 años, el abuso
doméstico bajó del 22 al 14 %. Y cuando los SPI
derivaron a las mujeres a los servicios de atención para las
víctimas de violencia doméstica, la diferencia era
significativa.
En esas mujeres, la prevalencia del abuso doméstico se
redujo del 54 al 6 %.
Y eso es importante no sólo para las mujeres.
A menudo, los
niños presencian el abuso o lo padecen.
"Consideramos que la
violencia íntima de pareja a menudo precede el abuso", dijo
Campbell.
Además, estudios habían hallado que el abuso de pareja a
menudo coincide con la depresión materna, que es otro factor de
riesgo del abuso infantil.
Pero no todas las familias que
investigan los SPI son derivadas a algún programa o servicio.
En el 28 % de las familias participantes existió
abuso o abandono infantil.
Los SPI derivaron a servicios
especiales 2/3 de esas familias. Esto significa que 1/3 no recibió asistencia.
"Es desalentador, pero no nos
sorprende", indicó Campbell.
Aunque se desconocen las causas de estos resultados,
Campbell señaló que el personal de los SPI esta "recargado" de
causas y sobrellevan situaciones difíciles con las familias. "Su
trabajo es muy difícil", dijo a Reuters Health.
Allí es donde los pediatras pueden intervenir, opinó
Campbell.
Si conocen una familia que fue investigada por los
SPI, pueden contactar a los padres para confirmar si utilizaron
las derivaciones a otros servicios.
La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los
pediatras evalúen a las madres para detectar la depresión
postparto.
No existe una rutina generalizada de pesquisa porque
nadie sabe aún si es realmente efectiva, explicó Campbell.
Consideró que lo "alentador" de los nuevos resultados es que
demuestran que los servicios de atención de la violencia
doméstica parecerían ayudar cuando se ofrecen.
"El sistema no podría resolver todo lo que está mal", dijo
Campbell.
Pero señaló que es importante detectar qué factores de
riesgo se pueden modificar y lograr que esos servicios lleguen a
las familias que las necesitan.
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