sábado, 20 de octubre de 2012

¿Cómo detectar signos de violencia en los bebés?

Lo sucedido en un jardín de Comodoro Rivadavia, donde bebés eran amordazados y atados cuando lloraban, puso en alerta a los adultos. 
Si bien no es posible introducirse en las instituciones para saber cómo se trata a los chicos, ellos envían señales de malestar. 
INFOnews indagó en cuáles son y cómo detectarlas a tiempo.

Cecilia Toledo/ SAB 20.10.2012  |  Buenos Aires|INFOnew. 
La imagen del bebé con una cinta pegada en su boca, tomada en un jardín maternal de Chubut, sintetiza la vulnerabilidad de los más chicos. 
Esa fragilidad es todavía más profunda cuando aún no adquirieron la capacidad del habla. 
Sin embargo, ¿Pueden detectarse signos de violencia en los bebés? 

El interior del jardín La Hormiguita Viajera. Sillas con sogas y mordazas
El interior del jardín La Hormiguita Viajera. Sillas con sogas y mordazas. 
Cuando son víctimas de maltrato infantil “los chicos comunican malestar a través de cambios evidentes en la habitualidad”, aseguró INFOnews una psicóloga consultada.
"El chico, ¿llora? ¿duerme? ¿come? ¿Tiene el mismo vínculo con sus padres?”, se preguntó la especialista, haciendo foco en dónde es preciso poner la atención para detectar episodios de violencia.
Si bien las víctimas muchas veces son tan pequeñas que ni siquiera hablan, los signos que dan cuenta del padecimiento al que están siendo sometidos “no son tan difíciles de ver. Aunque hay que ver si los padres miran”, alertó la psicóloga.
En este sentido, es fundamental no naturalizar ciertas conductas. 
“Desde el otro día está caprichoso”, “no quiere ir con el tío”, “no quiere comer nada”, suele escucharse en boca de padres. 
Pero esas conductas pueden estar diciendo algo; pues ante episodios de maltrato “los chicos siempre tienen cambios de conducta dirigidos a los adultos más significativos. Pueden ser los padres, los abuelos, los hermanos”, aseguró la psicóloga. 
Esas transformaciones en los hábitos se ponen en juego porque, en muchos casos, está en disputa la necesidad de “sobrevivir”.
A pesar de lo traumático que pueden ser esas situaciones, es posible reparar el “daño subjetivo que se ocasiona en los chicos”. Para ello es fundamental, como padres, “estar atentos y descifrar los signos que los más chiquitos envían”.

La medicina, una herramienta
Desde el campo de la medicina, hay ciertos estudios que permiten determinar si el menor ha sido violentado. “Mediante tomografías, placas, radiografías y hasta con un fondo de ojo se pueden determinar sacudones, golpes y lesiones óseas”, precisó un médico pediatra consultado por INFOnews.De acuerdo al trabajo del pediatra, los episodios de maltrato se dan más habitualmente antes del año “porque los bebés no se pueden expresar”. 
Pero una vez pasada esas edad, y ante la ausencia de marcas visibles, es muy difícil identificar signos de agresión.
El pediatra en cuestión, que se desempeña como autoridad de un hospital público especializado en niñez, sostuvo que “cada vez más se reciben casos de maltrato. Habitualmente son generados en el interior de la familia y los casos más evidentes son aquellos donde el relato de lo sucedido no coincide con los golpes observados”, precisó. 
De este modo, hay quienes llegan al hospital con un chico que se “cayó”, pero su cuerpo está gravemente lastimado. 
“En ese momento comenzamos a trabajar con un equipo interdisciplinario”, agregó.

El juego, un lenguaje a descifrar
Durante la inspección realizada al jardín "La Hormiguita Viajera" de Comodoro Rivadavia, también se encontraron mordazas de cinta de embalar usadas hace tiempo y hasta sogas y piolines en las sillas de los bebés, incluso, a la altura de los pies. 
De acuerdo a la licenciada en Psicología Zoya Tescari, ese tipo de maltrato puede identificarse en los más pequeños a través de la observación de “conductas atípicas”. 
Ciertas actitudes, pueden estar “distorsionando una verdad oculta”, aseguró Zoya. 
“Por ejemplo, en casos de abuso es frecuente que los chicos tengan una sexualidad activa. O que les vaya muy bien en la escuela, o muy mal. Son procesos de sobre adaptación”, explicó la especialista.
Otro campo del que se pueden desprender señales, es el área de lo lúdico. Aunque allí los psicólogos son quienes pueden leer entrelíneas las conductas de los más chicos. 
“A través del juego despliegan sus emociones, sus fantasías”, y así es posible llegar a lo que les sucede. 
"Ante episodios de maltrato los chicos siempre tienen cambios de conducta dirigidos a los adultos más significativos"
“Los padres saben muy poco qué es lo que les pasa a los hijos. Y lo más grave es que creen que no hay mucho para hacer. Depositan en el resto de las instituciones –como la escuela- el cuidado de los más chicos. Cuando la familia es la primera institución donde se construye subjetividad”, sentenció la psicóloga; alertando sobre la necesidad de estar cerca de los más pequeños para saber cómo y qué es lo que sienten.

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