Vemos la luz con motivo de la CONCENTRACION: STOP al Maltrato Infantil, que la Asociación Padres y Madres en Acción (PAMAC) CONVOCA el Domingo,23 de Enero de 2011 en la Puerta del Sol de Madrid
sábado, 20 de octubre de 2012
¿Cómo detectar signos de violencia en los bebés?
Lo sucedido en un jardín de Comodoro Rivadavia,
donde bebés eran amordazados y atados cuando lloraban, puso en alerta a
los adultos.
Si bien no es posible introducirse en las instituciones
para saber cómo se trata a los chicos, ellos envían señales de malestar.
INFOnews indagó en cuáles son y cómo detectarlas a tiempo.
Cecilia Toledo/ SAB 20.10.2012
| Buenos Aires|INFOnew. La imagen del bebé con una cinta pegada en su
boca, tomada en un jardín maternal de Chubut, sintetiza la
vulnerabilidad de los más chicos. Esa fragilidad es todavía más profunda
cuando aún no adquirieron la capacidad del habla. Sin embargo, ¿Pueden detectarse signos de violencia en los bebés?
El interior del jardín La Hormiguita Viajera. Sillas con sogas y mordazas.
Cuando son víctimas de maltrato infantil “los chicos comunican
malestar a través de cambios evidentes en la habitualidad”, aseguró INFOnews una psicóloga consultada.
"El chico, ¿llora? ¿duerme? ¿come? ¿Tiene el mismo vínculo con sus
padres?”, se preguntó la especialista, haciendo foco en dónde es preciso
poner la atención para detectar episodios de violencia. Si bien las víctimas muchas veces son tan pequeñas que ni siquiera
hablan, los signos que dan cuenta del padecimiento al que están siendo
sometidos “no son tan difíciles de ver. Aunque hay que ver si los padres
miran”, alertó la psicóloga. En este sentido, es fundamental no naturalizar ciertas conductas. “Desde el otro día está caprichoso”, “no quiere ir con el tío”, “no
quiere comer nada”, suele escucharse en boca de padres.
Pero esas conductas pueden estar diciendo algo; pues ante episodios
de maltrato “los chicos siempre tienen cambios de conducta dirigidos a
los adultos más significativos. Pueden ser los padres, los abuelos, los
hermanos”, aseguró la psicóloga. Esas transformaciones en los hábitos se
ponen en juego porque, en muchos casos, está en disputa la necesidad de
“sobrevivir”. A pesar de lo traumático que pueden ser esas situaciones, es posible
reparar el “daño subjetivo que se ocasiona en los chicos”. Para ello es
fundamental, como padres, “estar atentos y descifrar los signos que los
más chiquitos envían”.
La medicina, una herramienta Desde el campo de la medicina, hay ciertos estudios que permiten
determinar si el menor ha sido violentado. “Mediante tomografías,
placas, radiografías y hasta con un fondo de ojo se pueden determinar
sacudones, golpes y lesiones óseas”, precisó un médico pediatra
consultado por INFOnews.De acuerdo al trabajo del pediatra, los episodios de maltrato se dan
más habitualmente antes del año “porque los bebés no se pueden
expresar”. Pero una vez pasada esas edad, y ante la ausencia de marcas
visibles, es muy difícil identificar signos de agresión. El pediatra en cuestión, que se desempeña como autoridad de un
hospital público especializado en niñez, sostuvo que “cada vez más se
reciben casos de maltrato. Habitualmente son generados en el interior de
la familia y los casos más evidentes son aquellos donde el relato de lo
sucedido no coincide con los golpes observados”, precisó. De este modo,
hay quienes llegan al hospital con un chico que se “cayó”, pero su
cuerpo está gravemente lastimado. “En ese momento comenzamos a trabajar
con un equipo interdisciplinario”, agregó.
El juego, un lenguaje a descifrar Durante la inspección realizada al jardín "La Hormiguita Viajera" de
Comodoro Rivadavia, también se encontraron mordazas de cinta de embalar
usadas hace tiempo y hasta sogas y piolines en las sillas de los bebés,
incluso, a la altura de los pies. De acuerdo a la licenciada en
Psicología Zoya Tescari, ese tipo de maltrato puede identificarse en los
más pequeños a través de la observación de “conductas atípicas”.
Ciertas actitudes, pueden estar “distorsionando una verdad oculta”,
aseguró Zoya. “Por ejemplo, en casos de abuso es frecuente que los
chicos tengan una sexualidad activa. O que les vaya muy bien en la
escuela, o muy mal. Son procesos de sobre adaptación”, explicó la
especialista. Otro campo del que se pueden desprender señales, es el área de lo
lúdico. Aunque allí los psicólogos son quienes pueden leer entrelíneas
las conductas de los más chicos. “A través del juego despliegan sus
emociones, sus fantasías”, y así es posible llegar a lo que les sucede.
"Ante episodios de maltrato los chicos siempre tienen cambios de conducta dirigidos a los adultos más significativos"
“Los padres saben muy poco qué es lo que les pasa a los hijos. Y lo
más grave es que creen que no hay mucho para hacer. Depositan en el
resto de las instituciones –como la escuela- el cuidado de los más
chicos. Cuando la familia es la primera institución donde se construye
subjetividad”, sentenció la psicóloga; alertando sobre la necesidad de
estar cerca de los más pequeños para saber cómo y qué es lo que sienten.
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