Noticias de El Sol de la Laguna/1 de octubre de 2012 /Torreón, Coahuila.-
El director del Hospital
Infantil Universitario (HIU), Apolo Flores Jáuregui, afirmó, en base a
la experiencia que le dictan sus más de 30 años de trato directo con los
pacientes, que "definitivamente" el maltrato hacia los niños en La
Laguna va en aumento.
Esta problemática, dijo el galeno, es tan intensa en la región, que fue precisamente el motivo por el cual se organizó el VIIIº Congreso Regional sobre Violencia Familiar, que hoy y mañana se estará desarrollando en el Auditorio del hospital ubicado en la esquina de la calle 17, Juan Gutemberg, y la avenida Bravo.
Flores Jáuregui confirmó que es difícil brindar estadísticas ante las golpizas y actos de intimidación que suceden dentro de una casa, pues es la misma familia quien encubre y oculta estas violaciones a los derechos humanos de cualquier persona. "Lo primero que llegan diciendo es que el niño o la niña se cayó de las escaleras o de la cama".
De cualquier forma, el director del HIU dijo que "en promedio" se logran detectar -solamente en esta institución médica-, 5 casos al mes. "Y deben existir por lo menos 10 veces más casos que 5 al mes, pero desafortunadamente no son denunciados".
La carencia en la cultura de la denuncia, Apolo Flores la atañe (sobre todo de parte de las madres de familia) a que no desea ver a su pareja en la cárcel, pues "ellas expresan que si lo meten en la prisión, quién le va a mantener a sus hijos", por lo que se cae en un círculo vicioso, en el cual no solo el niño es abusado, sino también la madre u otro miembro de la familia que tiene que guardar silencio ante los eventos que le tocan presenciar.
El especialista en salud afirmó que los abusos físicos, psicológicos y sexuales, casi siempre provienen de personas adultas que están dentro del círculo familiar.
"Papá, mamá, madrastra y padrastro, sobre todo", aseveró.
Los casos en los cuales se "empieza a sospechar de un abuso son aquellos que son reincidentes, es decir, que acuden con frecuencia con el mismo tipo de golpes o contusiones", dijo el director médico, "o cuando tiene huellas muy descaradas de abusos", como mordidas, quemaduras de cigarrillos o fracturas. En ese momento, el departamento de Trabajo Social se comunica con el Ministerio Público para dar parte legal de las vejaciones que sufrió el menor.
Apolo Flores mantuvo que hay una "muy estrecha relación" entre el consumo de estupefacientes y alcohol, y el abuso familiar, pues funciona como catalizador en personas que "sienten la necesidad de descargar su frustración".
El cirujano finalizó la entrevista diciendo que los abusos "se pueden dar desde el momento del nacimiento, es decir de los cero a los 30 días de vida", pero se han registrado más casos en bebés en periodo de lactancia y preescolar.
Esto se puede explicar, según el Flores Jáuregui, por el fuerte llanto que manifiestan estos pequeños cuando tienen fiebre, hambre o algún dolor, lo cual detona la ira de el o los adultos a su alrededor, provocando en ocasiones incluso "que lo aviente contra la pared o el piso", acciones que Apolo Flores definió como "sucesos que solamente puede realizar una persona drogada o muy alcoholizada".
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