Estudio de la Universidad de New Hampshire: Casi la totalidad de los alumnos estadounidenses
encuestados dijo haber sufrido abuso; de 13.052 sólo 105 dicen haberse librado
REBECA YANKE /Madrid /01/02/2016
El abuso de menores en centros y organizaciones juveniles
sucede, pero en menor medida que en los entornos familiares. Ésta es la tesis
que se desprende de un estudio realizado por el profesor David Finkelhor
y su equipo de la Universidad de New Hampshire, en Estados Unidos, y que
lleva por título 'Tasa de abuso en organizaciones que ayudan a la juventud'.
La muestra arroja una cifra preocupante. Del total de encuestados, 13.052, 12.947
dijeron haberlo sufrido; 105 tuvieron la suerte de no conocerlo.
Sus observaciones se han publicado en la revista Archivos
de Medicina Pediátrica y Adolescente. En entrevista con EL MUNDO, Finkelhor
advierte: "Es importante que se prioricen ambas posibilidades, tanto el
abuso en los hogares como en organizaciones juveniles. Lo que sucede es que es
más difícil que las personas se centren en el abuso que sucede en el hogar, así
que es algo que hay que recordar continuamente".
Entrenadores, profesionales de las guarderías,
profesores... El abanico de profesionales que tienen contacto diario o semanal
con un niño es grande. Y sostiene Finkelhor que estudios como el suyo, donde se
combinan 3 encuestas nacionales (en Estados Unidos) de población por
teléfono, "puede ser una fuente de desarrollo de información sobre la
epidemiología del abuso" en organizaciones juveniles.
Para evitarles problemas a los niños, la encuesta que ha
realizado Finkhelhor a 13.052 niños y jóvenes hasta los 17 años evita
mencionar la palabra abuso. Por ejemplo, les preguntaban si
"alguien con quien ha crecido ha tocado sus partes íntimas o hizo que te
tocaras tú", y también si "otro niño ha hecho algo sexual
contigo" e incluso si "alguien hirió tus sentimientos escribiendo o
diciendo algo sexual sobre tu cuerpo". En total, la encuesta buscaba saber
si estos niños y adolescentes habían sufrido "abuso físico, sexual,
agresión verbal o abandono".
Otro objetivo importante era comparar los
abusos entre miembros de organizaciones juveniles con la familia o personas
desconocidas.
De todos los niños preguntados, un 0,8% estuvo expuesto a
algún tipo de maltrato durante toda su vida y un 0,4% el año anterior. En
cambio, la tasa de abuso perpetrada por alguien de la familia de la víctima
sube hasta 11,4% durante toda su vida y al 5,9% durante el pasado año, el mismo
que se obtiene cuando se pregunta a los jóvenes por personas que no son de la
familia ni de la organización a la que ellos pertenecen.
El 63,2% de de los abusos realizados por miembros de
organizaciones fue verbal, y un 6,4% tomó forma de violencia sexual o asalto
sexual. El abuso físico fue nombrado por un 34,6% de los niños que lo sufrieron
y un 0,8% nombra la palabra negligencia.
"Nuestro análisis sugiere que el maltrato infantil y
juvenil por parte de organizaciones dedicadas a su cuidado es un problema, pero
no tanto como el maltrato en el seno familiar", apuntan.
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