sábado, 14 de julio de 2012

Trastorno mental y maltrato infantil van juntos


Los trastornos mentales son más frecuentes en las personas que recibieron azotes siendo niños. 

Depresión, ansiedad, trastornos de la personalidad y menos coeficiente intelectual son más frecuentes en adultos que sufrieron castigo físico en la infancia. 

El estudio, elaborado con más de 34.000 personas, reconoce que no puede probar la relación causa-efecto. 

El Código Penal español sanciona todo tipo de violencia contra los niños.   

ECO ® 20MINUTOS.ES. 02.07.2012 .Las consecuencias del castigo físico sobre los niños son muchas, y no todas inmediatas. Investigadores canadienses han encontrado que aquellos niños que soportan castigos físicos con frecuencia son luego adultos más propensos a sufrir trastornos mentales. 

El estudio contó con más de 34.000 adultos de EE UU. Analizando su pasado y observando su presente, detectaron una mayor presencia de trastornos mentales entre aquellos que de niños habían recibido azotes.  Los autores proponen disciplinar al niño usando técnicas de refuerzo positivo.Concretamente, en estos adultos era más probable encontrar enfermedades como depresión, ansiedad, trastornos de la personalidad, además de problemas con el alcohol y las drogas. El trabajo atribuye esas patologías al hecho de haber sufrido castigos físicos en la infancia.   

No obstante, los investigadores –dirigidos por Tracie Afifi, de la Universidad de Manitoba (Canadá)– reconocen que su estudio no puede probar la relación causa-efecto entre azotes y riesgo de trastorno mental.
Los autores del trabajo desaconsejan cualquier tipo de castigo físico y en cualquier edad del niño y apuestan por otras opciones. En concreto, proponen a los padres no caer en la tentación de los azotes y en su lugar disciplinar al niño usando técnicas de refuerzo positivo (premiar las buenas acciones).

Trastornos y menos coeficiente intelectual

Un estudio anterior de esta misma universidad canadiense observó que el castigo físico puede dañar el desarrollo del niño y hasta reducir su coeficiente intelectual.
El castigo físico incumple la legislación sobre los Derechos del Niño.

En ese caso, y tras revisar estudios publicados durante 20 años sobre el tema, encontraron que el castigo físico convierte al niño en una persona más agresiva y antisocial, y puede provocar problemas cognitivos.

Pero la sociedad sigue "entendiendo" los azotes. En España, según un estudio del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, un 47% de los adultos asegura que pegar es imprescindible "algunas veces". 

Un 2% que conviven con sus hijos menores de 18 años cree que lo deben hacer "muchas veces".
El castigo físico incumple 3 de los 4 pilares de la legislación de la Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989

1.- el interés superior del niño, 
2 y 3.- su derecho a la supervivencia y al desarrollo, y 
4.- el derecho a que sea respetado su punto de vista.

En España, el Código Penal sanciona explícitamente todo tipo de violencia ejercida contra los niños. 

Teóricamente, la legislación considera que el castigo físico no es legal.

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