
El maltrato y abuso sexual infantil es un tema de creciente preocupación en nuestro país, especialmente en padres, madres y la comunidad educativa en general.
Por Mi Voz/ /18 de Marzo, 2014
Sabemos que en determinadas ocasiones, si se actúa sin la información, la formación, el cuidado y la discreción necesaria, es posible intensificar el daño en el niño/a afectado.
La
mejor y más eficiente estrategia de prevención de situaciones abusivas
de cualquier tipo es la formación.
Ésta se logra desarrollando prácticas
de gestión institucional y pedagógicas intencionadas y permanentes que
apunten a generar una cultura escolar de prevención y autocuidado.
En
este sentido, se promueve que las comunidades educativas tomen acuerdos
respecto de no admitir la violencia en ninguna de sus expresiones de
agresión y daño sobre las personas.
Esto
implica llegar a un “consenso ético” sobre la centralidad del respeto a
la dignidad de las personas y la inadmisibilidad de estas prácticas. Un
proyecto educativo que explicite esta decisión y una comunidad escolar
que actúe consistentemente, impactará de modo sustancial en la
prevención y el abordaje de estos hechos.
Cuando
en la escuela se presentan situaciones de maltrato y abuso sexual
infantil, la comunidad educativa debe estar preparada para actuar,
consciente de sus responsabilidades y limitaciones. El trabajo conjunto,
principalmente de los profesores/as, equipos psicosociales, encargados
de convivencia y equipos directivos, es clave para elaborar un protocolo
de actuación frente a este tipo de situaciones.
El material de apoyo Orientaciones ante situaciones de maltrato y abuso sexual infantil: Guía para la elaboración de protocolos de actuación,
pretende constituirse en un recurso que informe y ofrezca a la
comunidad educativa orientaciones para clarificar conceptos claves,
consideraciones relevantes y criterios prácticos para elaborar un
protocolo de actuación, promoviendo el abordaje de estas situaciones en
un contexto de trabajo coordinado entre distintos sectores responsables
de garantizar y resguardar el respeto por los derechos de los niños,
niñas y adolescentes.
Esta
iniciativa se enmarca en el Plan de Escuela Segura, afirmando que toda
la comunidad escolar es responsable de generar contextos seguros y
protegidos que favorezcan el desarrollo de los aprendizajes de nuestros
estudiantes.
La Guía aquí