El maltrato se manifiesta de diferentes maneras y es importante detectarlo a tiempo.
Carmen López [ 09/06/2014
El 75% de las lesiones por maltrato infantil se
producen en la zona de la cabeza o el cuello, y el 10% en la cavidad
oral, según estimaciones de la Sociedad Española de Cirugía Oral y
Maxilofacial (SECOM). El maltrato, abuso o explotación sexual es sufrido
por entre el 15 y 20% de los niños y adolescentes de España, según
datos de la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato
Infantil (FAPMI). Para ayudar a detectar casos de agresiones faciales la
SECOM y FAPMI han elaborado un decálogo de consejos.
El maltrato Existen varias manifestaciones de
maltrato infantil, “puede ser por negligencia cuando el menor está
desatendido, por agresión física o sexual. El físico es el 2º más
frecuente y a la vez, el más difícil de diagnosticar ya que se encubre
muchas veces. Por eso es muy importante la labor de detección de todos
los profesionales sanitarios.
Los cirujanos orales y maxilofaciales
queremos aportar nuestra experiencia y conocimiento de las lesiones
faciales, ya que son las más frecuentes y visibles, para ayudar a otros
profesionales en la detección”, asegura el doctor Javier González
Lagunas, presidente de la SECOM.
Uno de los principales problemas
relacionados con la detección del maltrato infantil, según la SECOM y
FAPMI, radica en las dificultades para distinguir las lesiones no
accidentales por parte de todas aquellas personas que rodean al menor,
como profesionales sanitarios, profesores o familiares. “Todo esto hace
que ocultarlo sea muy fácil para el agresor y que las agresiones se
vuelvan a repetir, lo que ocurre en el 85% de los casos”, advierte el
doctor Jesús Manuel Muñoz Caro, del Servicio de Cirugía Oral y
Maxilofacial del Hospital Universitario La Paz, de Madrid.
Lesiones frecuentes La lesión más habitual dentro de
las producidas en la cabeza y el cuello es la rotura del frenillo
labial de la que hay que sospechar maltrato cuando “se produce en niños
que aún no caminan, puede ir asociada a quemaduras orales por una
alimentación forzada, por ejemplo, o cuando hay hematomas peribucales
que pueden deberse a una compresión forzada de la boca para hacer
callar”, explica este cirujano oral y maxilofacial.
También son
comunes, añade, las lesiones traumáticas dentarias repetidas, “en cuyo
caso hay que sospechar cuando se produzcan en dientes no incisivos ya
que es muy raro que ocurra por accidente en los premolares”. Los
hematomas faciales en zonas no prominentes también son sospechosos en
menores que no andan o cuando se sitúan en la parte retroauricular o en
el cuello, “ya que una caída no suele dañar ese tipo de zonas”, indica.
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