lunes, 1 de agosto de 2011

Reflexión para los Padres: No al Maltrato Infantil

REFLEXIÓN PARA PADRES: Maltrato infantil.
Maltrato infantil
 
Abg. Christian Godoy. 26 de Julio de 2011.
Instalar una cámara oculta en el hogar para espiar lo que ocurre cuando no estamos puede ser una medida extrema, e incluso tardía para detectar el maltrato.
Antes que esto, los padres debieran crear las condiciones necesarias para la protección de sus hijos y estar atentos ante pequeños “mensajes” que estos envían, y que son indicativos de violencia en su contra.
Estos signos dependen del tipo de maltrato recibido, que puede ser de diferentes tipos y consiste en cualquier acto de omisión o comisión humana que pone en peligro la salud física, emocional o el desarrollo de un niño.
Generalmente, el menor que sufre maltrato está sometido a más de un tipo.
Está la violencia física, que es la más publicitada y evidente.
Se presenta en diferentes grados, pero solo deja marcas en alrededor de un 30 % de los casos.
La violencia sicológica consiste en un trato sistemático de violencia verbal hacia el niño, insultándolo, denigrándolo o amenazándolo.
También es una forma de maltrato la negligencia o abandono físico y emocional.
Aparte del daño inmediato que esto le causa al menor, puede repercutir en su desarrollo físico y emocional a futuro, e incluso transmitirse a futuras generaciones.
Qué actitud adoptar.Para prevenir el maltrato y detectarlo a tiempo es importante:
1. Conversar con el niño.
No se trata de pedirle que acuse a la nana, sino preguntarle qué hizo en el día y qué pasó mientras los padres no estaban. Si se sospecha alguna conducta inadecuada, hay que crear un ambiente de confianza y asegurarle que no lo van a delatar.
Cuando los padres crean el ambiente adecuado, los niños se abren. Debieran preguntarle: “¿Cómo es la hora de comida?, ¿dónde te sientas?, ¿qué te dice la nana?, ¿qué te dice si no quieres comer?”.

2. Observar al niño.
Ver cómo se comporta con la nana, qué actitudes pueden haber cambiado, si está más irritable, temeroso al castigo.

3. También hay que conversar con la nana y preguntarle qué problemas tiene con el niño, cómo los resuelve y cómo ejerce la disciplina.
Además es importante capacitarla sobre el manejo de los problemas de conducta y hacerle ver cuáles son las prioridades.
Por ejemplo, que lo más importante es que el niño esté acompañado y tenerle paciencia en la comida, por sobre la limpieza excesiva de la casa.
“Puede ser que ella crea que su obligación es conseguir que el niño consuma la comida a cualquier costo. Hay que explicarle que la idea es que el niño aprenda el hábito lo mejor posible, pero también hay flexibilidad”, señala una especialista.
También hay que consultarle si ha dormido, con qué ha jugado, qué cosa han hecho juntos.
Se debe observar cuál es la actitud de esta persona.

4. Observar a la persona que cuida al hijo.
Si tiende a estar perturbada emocionalmente, expresa mucha angustia personal o mucha agresividad o rabia contra el niño, hay un riesgo evidente.

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